Deporte Navarro

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21/12/2020

Mano y Paleta Goma femenina en las finales del Campeonato Navarro de Clubes

El pasado sábado, el Labrit acogió las finales del Campeonato Navarro de Clubes en Frontón de 36 metros en lo que a las modalidades de Mano individual Femenina y Paleta Goma Parejas Femenina se refiere. El festival, que se compuso de cuatro partidos estuvo pleno de emoción y calidad, haciendo las delicias del público que pudo acudir a la “Bombonera” pamplonesa.

Comenzó la actividad sobre la brea del Labrit con los encuentros de Mano individual en los que pudimos asistir a dos claros ejemplos del típico y tópico ejemplo de la lucha entre la veteranía y la juventud.

En la final de Segunda Categoría teníamos por un lado a Sonia Alonso (CD Pilotajauku), que llegaba a este último choque tras quedar exenta en la ronda de cuartos de final y superar en semifinales a Irati Paternain Romero (San Francisco Javier). Por la otra esquina del cuadro, aparecía la oberenista Garazi Lasa Bengoetxea, quien venció en cuartos a Naroa Aguirre Bergara (CD Pilotajauku) y “se cargó” en semifinales a una de las favoritas, Katixa Agorreta Zabalza (CD Auñamendi PE), jugadora que contó todos sus enfrentamientos por victorias en la liguilla preliminar.

El partido no tuvo mucha historia pues Sonia Alonso dominó el juego de cabo a rabo, aprovechando el saque y su potencia para mover a una Garazi Lasa bastante precipitada en muchas fases del juego y que cometió demasiados errores no forzados, para acabar cayendo por 18 a 9.

Tras este encuentro llegó el de Primera Categoría, donde Iera Agirre Iturriaga (CD Aurrera KE), verdugo en semifinales de una de las grandes elegidas del torneo, Maite Ruiz de Larramendi Múgica (CD Oberena); se iba a ver las caras con la jovencísima Laia Salsamendi Silva, quien salió victoriosa en su semifinal ante Ane Miren Mendiburu Echenique (CP Huarte). 

Ambas protagonizaron un duelo vibrante en el que la emoción fue en aumento y llegó a un apretadísimo final con jugada dudosa incluida. 

Las primeras ventajas corrieron de la cuenta del Laia Salsamendi gracias a la velocidad que imprimía a su saque, disparo inicial que se le “atragantaba” a Agirre, bastante incómoda al resto.

Así, Laia se marchó en el tanteador, primero hasta el 13 a 5, y después hasta el 16 a 8, ventaja que se antojaba insalvable y hacía presagiar un triunfo “confortable” para la cebollera. Pero la delantera leitzarra no había dicho su última palabra y logró parar la “tacada”, cambió la pelota y con ello el partido que, punto a punto, empezó a teñirse del colorado de la zamarra de la pelotari del Aurrera KE.

Iera optó por la táctica del “saque – remate”, que le empezó a dar réditos ante una Laia Salsamendi que se impacientaba en exceso lo que le llevaba al fallo. Así, del 14 a 8 favorable a Laia se pasó al 16 a 14 con ventaja para Iera, dando la vuelta a un duelo en el que de haber mediado apuestas, más de uno hubiera sudado tinta por lo imprevisible del marcador.

Pero todavía le quedaba una vuelta que dar a la tuerca del partido y Laia Salsamendi recuperó la compostura para empatar a 16 y conformar un partido nuevo que se iba a jugar a dos tantos. El primero fue para Iera, colocando el 17 a 16, momento en el que aquella jugada dudosa de la que hablamos tomó protagonismo: el pelotazo atrás de Agirre provocó una defensa al aire de Salsamendi que botó de un modo irregular despistando a Iera, que levantó la mano entendiendo que la pelota había botado sobre la chapa lateral. Pero el juez de la contienda no lo vio así y concedió el tanto Laia que recuperó el saque para irse derecha al cartón 18, haciéndose con la txapela en un partido espectacular. 

Pelotazo inoportuno

Tras las afrentas de mano le llegó el turno a la paleta goma iniciándose las hostilidades con el encuentro de Segunda Categoría en el que Juncal Quevedo Laquidain y Olaia Sarasibar Toral, ambas jugadoras de la CD Amaya defenderían el terno encarnado y Sandra Murillo Zorroza (Auñamendi) y Maddi Galarza Roteta (Larraun PE) serían las adalides del bando azulón.

Las cuatro se enzarzaron en una áspera pelea que comenzó con tímidas ventajas favorables a ambas parejas, pero sin que nadie se marchara claramente en el marcador. Eso hasta el momento en el que Maddi Galarza serenó su juego y comenzó a dominar en la retaguardia, provocando los errores, sobre todo de una Olaia Sarasibar a la que la precipitación le llevaba al fallo. De esta guisa se llegó al 21 a 15 para las azules, instante en el que las rojas cortaron con un tanto la sangría, pidieron tiempo y recompusieron la estrategia: había que intentar denodadamente sacar a Maddi de sitio para que no estuviera a gusto y poder así finalizar el tanto con mayor facilidad. La táctica dio sus frutos y la zaguera de Baraibar comenzó a estar más incómoda que un pavo en Navidad, lo que dio oportunidad a la dupla colorada de acabar el tanto con solvencia e ir, poco a poco, avanzando en el marcador.

Ante este recital de juego, las azules tan sólo pudieron hacer tres tantos más, para acabar “entregando la cuchara” por 30 a 26, otorgando el regalo más especial para Juncal Quevedo, que festejaba su decimosexto cumpleaños el miércoles anterior a la final.

Para finalizar la velada restaba el choque de Primera Categoría con cuatro competidoras de postín: Amaia Espinal Aldaregia y Paula Gorostiaga Prujá (Mendillorriko) con “gerriko” rojo y Maider Ardanaz Dufur (CP Auñamendi PE) y Leire Azanza Echeverría (Mendillorriko) con cinto azul.

Este partido se esperaba con tantas ganas como el agua en el Desierto de Atacama, habida cuenta de la calidad de las contendientes que se conocían más a fondo que el Doctor Jekyll y el Señor Hyde.

 

Pero todo esto se fue al traste cuando el partido no había hecho sino empezar, pues un pelotazo a la altura del codo derecho de Espinal mermó significativamente el juego de la delantera, circunstancia que fue determinante en el devenir del encuentro.

Mientras “Espi” aguantó el dolor, los tantos fueron muy duros y peloteados, las distancias en el tanteador eran mínimas, pero siempre favorables a las azules, pues las coloradas tan sólo se pusieron por delante en el 2 a 1 inicial.

Sin embargo, viendo los continuos gestos de dolor de Espinal, la cosa no podría mejorar. Leire Azanza se empezó a sentir mucho más cómoda atrás, lo que permitía a Maider Ardanaz rematar con soltura e ir estirando el marcador. A todas estas, “Goros” debía multiplicarse en el frontón para paliar la debilidad de su compañera que apenas podía ayudarle entrando al aire para evitar el “bombardeo”. 

Cómo no podía ser de otra manera, Paula empezó a cometer más errores que de costumbre, que fueron aprovechados por sus rivales para irse directas a la victoria. La “vergüenza torera” de Espinal, haciendo de tripas corazón, unida al tenacidad de Gorostiaga, lograron encadenar todavía unos cuantos tantos, puntos que sonaron como el “canto del cisne” que concluyó con el definitivo 30 a 17 con el que se finiquitó el partido.

Este “descafeinado” duelo final no empañó de ningún modo la fenomenal velada pelotazale que se vivió en el Labrit, que volvió a ver una parte de sus sillas ocupadas por el público. Un público que disfrutó a raudales con el generoso esfuerzo de estas doce grandes pelotaris que seguirán el año que viene, Dios mediante, escribiendo su historia entre las paredes del frontón.


Fotografías