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17/05/2021

Pleno navarro en el Campenato de España de Clubes de Frontball

El pasado fin de semana el frontón Toki Eder de Aoiz acogió la Fase Final del Campeonato de España de Frontball en sus categorías Sub 21 y Absoluta, en el que los deportistas navarros llevaron a cabo una magnífica actuación que les llevó a vencer en todas las categorías en liza, con "doblete incluido" en la pugna masculina absoluta.

Tras las maratonianas y extenuantes sesiones clasificatorias del sábado, llegaron las finales del domingo, un festival muy atrayente en el que estaban reflejados la mayor parte de los favoritos y favoritas del cuadro y donde el Club Pelota Huarte brilló con luz propia tras hacerse con dos de las cuatro categorías en disputa. Primero Laia Salsamendi Silva se apuntó el triunfo en Sub 21 Femenino y en el último partido de la jornada, Iker Espinal Aldareguia hizo lo propio en Absoluto Masculino, donde Unai Astiz Olaskoaga (Buruzgain Ultzama) fue subcampeón.

Completaron el cuadro de honor, la jugadora Iera Agirre Iturriaga (Aurrerá KE), primera clasificada en la Categoría Absoluta Femenina y Javier Oscoz Zaldain (CD Oberena), campeón en Sub 21 Masculino.

Apertura con sorpresa

Comenzó la actividad sobre la brea del coso agoisko con la final de la categoría Sub 21 Femenina en la que concurrían la vitoriana Leire Garai Gainzarain, curtida ya en torneos de mucho prestigio y vigente campeona de la modalidad y la jovencísima jugadora del Club Pelota Huarte, Laia Salsamendi Silva, que llegaba con el título de Campeona Navarra Juvenil bajo el brazo, conseguido semanas atrás en el Labrit ante su compañera Ane Miren Mendiburu Echenique.

La gran capacidad técnica de ambas, la intención de llevar la iniciativa del punto y la mejor manera de gestionar los nervios, serían las claves para alzarse con el triunfo en este partido.

Leire, que entró mejor en el juego, se hizo con los dos primeros tantos, pero Laia se mantuvo tranquila y, tras enjuagar esa primera ventaja, se fue derecha hasta el 5 a 2. Leire encajó el golpe y ayudada por algunos fallos de Salsamendi logró equilibrar la cuenta y empatar a seis. Entonces Laia anotó un nuevo tanto y pidió tiempo, descanso que iba a ser fundamental en el devenir del juego. A la vuelta de la pausa y arengada por los consejos de su botillero, la huartearra comenzó a jugar más largo, moviendo a su rival y provocando sus fallos, para marcharse directamente hasta el cartón número 10 y ponerse por delante en el marcador.

En el segundo acto, Garai serenó sus ánimos y jugó más tranquila, con puntos más largos, moviendo a su contrincante y endureciendo el partido. De este modo se fue hasta el 7 a 2, que parecía ya definitivo, pero la navarra reaccionó con una tacada de cuatro tantos, dejando la ventaja en uno (6/7) y metiendo el miedo en el cuerpo a Leire, que veía peligrar sus ansias de llegar al desempate. Pero una falta de saque de Salsamendi dio vida a la vitoriana, que agradeció el regalo para acabar venciendo por 10 a 7 y mandar el partido al desempate donde todo podría pasar.

Aquí los tantos de la una fueron neutralizados por la otra hasta llegar al 3 a 3 con saque para Laia Salsamendi quien en este momento crucial del choque supo gestionar mejor sus nervios para anotarse también los dos siguientes tantos y convertirse en nueva Campeona de España en un grandísimo torneo del que, sin duda, la deportista del Club Pelota Huarte protagonizó la sorpresa de la jornada y se convirtió en la revelación del campeonato.

A continuación ocuparon la pista central del Toki Eder el riojano Jorge Fernández Rodríguez y el navarro Javier Oscoz Zaldain, reeditando la final Sub 21 celebrada dos años atrás en la Agrupación Deportiva San Juan de Pamplona. 

Rememorando aquel duelo, era muy fácil presagiar que este partido iba a ser tremendamente igualado, pero el devenir del primer juego tiró por tierra esta premonición, pues los fallos de Rodríguez iban a decantar la balanza con claridad hacia el lado de Oscoz.

Ambos iniciaron el juego buscando las esquinas, pero enseguida vimos a un Javier Oscoz mucho más sereno y sólido; y un Jorge Fernández que arriesgaba mucho más en el remate acumulando errores no forzados. El primer tanto del delantero del San Cosme fue un espejismo, pues su homónimo de Oberena se fue hasta el 5 a 1 en menos que canta un gallo. Un tanto de Rodríguez paró la sangría, pero de nuevo fue una ilusión pues retornaron los errores y Oscoz se llevó el parcial por 10 a 2.

Para el de Fuenmayor, a la sazón, tocaba olvidarse del aciago primer juego y encarar el segundo con mayor tranquilidad. Fernández, sin dejar de jugársela adelante, salió con mayor paciencia, manteniendo a su rival atrás e intentando incomodarle buscando pelotas al cuerpo. Así el juego se endureció y el público asistente pudo ver un duelo descomunal en el que ninguno se dejó nada en el bolsillo, lo que demuestra que se sucedieran hasta nueve “abrazos” en el tanteador, incluido en el empate a nueve que puso el ambiente al rojo vivo. Más aún cuando el riojano alcanzó el triunfo, forzando el desempate.

Con las fuerzas muy justas iniciaron Javier y Jorge el juego decisivo en el que ambos, conocedores de la importancia de cada punto, optaron por el peloteo largo y profundo hasta encontrar la fisura por donde atacar. La consecuencia fue un intercambio de golpes vertiginoso y de enorme ritmo que llevó a ambos al límite de la extenuación. Oscoz fue el primero en adelantarse 2 a 0 y 3 a 2, pero en ambos casos Fernández logró equilibrar la contienda, aumentando la temperatura en el coso agoisko. 

Con estos dígitos, Javier Oscoz siguió con su juego sólido y se adelantó 4 a 3; Fernández arriesgó de nuevo para buscar una nueva igualada pero la pelota golpeó por debajo de la chapa decantando la balanza hacia el lado del navarro que se hizo con el título en un auténtico “partidazo”, donde fue justo vencedor ante un Jorge Fernández que, como se suele decir en el argot militar, “cayó con las botas puestas”.

Viejos conocidos y una final inédita

Finiquitada la competencia de los más jóvenes del cuadro, se iniciaron las hostilidades en el desafío absoluto, comenzando por la categoría femenina en la que las ausencias de la campeona y subcampeona de la edición anterior Patricia Espinar y Miren Larrarte, dejaba un torneo muy abierto donde la navarra Iera Agirre Iturriaga y la guipuzcoana Miriam Arrillaga Beloqui, se metieron en la final tras vencer en el penúltimo asalto a Itsaso Erasun Gorostidi y Maite Ruiz de Larramendi Múgica, respectivamente.

Sobre el papel, esta final estaba muy equilibrada pese a que iban a concluir dos juegos bastante antagónicos: el estilo (en teoría) más pausado y profundo de Agirre y el gusto por el ataque de Arrillaga.

Con estos ingredientes se disputó el primer envite que respondió a todo lo dicho anteriormente, lo que se tradujo en una lucha muy igualada con continuos empates y que cayó del lado de la navarra por un ajustadísimo 10 a 9.

En la segunda entrega siguió el partido por los mismos derroteros, aunque el mayor acierto de Arrillaga le colocó siempre por delante en el tanteador, disfrutando de cómodas ventajas que llegaron a su punto álgido en el 8 a 5 que parecía definitivo. Pero en este momento y viendo el panorama, la navarra del Aurrera KE, cambió de estrategia para lanzarse al ataque, marcando remates milimétricos que sorprendieron a la pelotari del Su Berri, que vio como se anulaba la diferencia obtenida. Con ocho iguales se fueron al descanso, tregua que vino muy bien a Arrillaga, que recuperó sensaciones para enviar el partido al desempate.

Y en el juego definitivo salió a relucir la experiencia de Iera Aguirre que, con mucha paciencia y efectividad se llevó la victoria ante una Miriam Arrillaga que lo dio todo pero que cayó víctima de sus errores no forzados.

El último desafío del cartel ponía sobre la cancha a los intérpretes de la final absoluta masculina que juntaba a dos viejos conocidos, Iker Espinal Aldareguia (Club Pelota Huarte) y Unai Astiz Olaskoaga (Buruzgain Ultzama) protagonistas de la final de 2019 y donde la victoria cayó del lado del pelotari huartearra.

Estos antecedentes hacían que Espinal partiera con cierta ventaja en los corrillos, pero la realidad hacía que el pronóstico de la final fuera bastante incierto, habida cuenta del nivel de juego que había mostrado durante el torneo Unai Astiz.

Y precisamente esto fue lo que ocurrió, el delantero del Buruzgain se afanó por dinamitar ese favoritismo y comenzó a mover a Espinal por toda la cancha, haciendo que el cebollero no se encontrara cómodo en ningún momento. Además, en los lances en que Espinal dominaba el punto, Astiz hacía gala de una preparación física inconmensurable que no sólo hacía que llegara a los envenenados “recados” de Iker, sino que devolvía la pelota haciendo más daño que una cuadrilla de gorgojos en un patatal. 

De este modo Unai se hizo con la victoria en el juego, provocando el murmullo en la grada que veía sobrevolar otra “sorpresa” en la jornada.

Pero en el segundo envite la decoración cambió de cabo a rabo, Iker Espinal, que no se descompuso pese a ir por detrás en el marcador, sacó la casta de campeón y tirando de todo su repertorio desarboló a su rival, jugando más profundo y madurando el tanto para marcharse en el luminoso hasta el seis a cero inicial que marcó el devenir del punto, que acabó del lado de Espinal por 10 a 4 ante un Astiz superado y desconocido, que cometió más errores de lo normal.

De nuevo, y como en los partidos anteriores, el título se iba a decidir en el desempate. El inicio de esta batalla definitiva fue una continuación del segundo juego, con un Espinal muy centrado, alargando el tanto para buscar la ocasión óptima para atacar. Así fueron suyos los dos primeros tantos, que fueron anulados seguidamente por Astiz, quien salió a la cancha algo más presto a arriesgar.

Sin embargo hasta aquí llegó la reacción del delantero de Buruzgain, pues el “maestro Espinal” volvió a empuñar la batuta para dirigir su propia orquesta y encaminarse directamente al cartón cinco, revalidando el título de Campeón de España en un partido magnífico e intenso en el que ambos rayaron a gran altura lo que fue agradecido por el público asistente con una cerrada y merecida ovación.

El Campeonato de España de Frontball ya es historia, pero el gran nivel exhibido por todos los pelotaris en este torneo hará que esta atractiva y exigente modalidad siga creciendo por su sencillez, vistosidad y capacidad de integrar a todo tipo de jugadores y jugadoras.


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